Cambiemos Por Eduardo Macchiavelli
Creencias por conductas. Para separar los residuos cada día más.
Creencias tales como “la basura no es mi responsabilidad”, “no tengo lugar en mi casa”, “no genero tantos residuos”, “no sé dónde entregarlos”, o “¿para qué?, si el encargado tira después todo en el contenedor negro” son a veces las que nos impiden separar los residuos, usar bolsas reutilizables en lugar de plásticas, o llevar los reciclables a las campanas y a los Puntos verdes que hay la Ciudad.
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Acá enumero algunas conductas esperadas para reemplazar estas creencias. El tema ya lo analicé como ministro desde este blog o desde la página del Ministerio, pero me pareció oportuno ampliar lo dicho una vez más. Justo ahora que estamos invitando a los vecinos a conocer el Centro de Reciclaje de la Ciudad.
La pregunta es: ¿qué podemos hacer para cambiar estas creencias por conductas? Lo primero que tenemos que hacer es reconocerlas como propias. En cuanto a la separación de residuos las creencias más frecuentes son: “la basura desparece” o “¿por qué separo si al final todo se junta?”. A lo que la conducta esperada es: asumir como propios los residuos que desechamos, consumir responsablemente e incorporar el hábito de separar.
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Con respecto al uso de bolsas reutilizables en lugar de plásticas (a partir del 1 de enero de 2017 los supermercados, hipermercados y autoservicios ya no entregan más bolsas plásticas por ley y desde el Ministerio estamos entregando en forma gratuita 1 millón de bolsas reutilizables para acompañar está política en los principales puntos de alto tránsito, Comunas y ferias barriales de la ciudad): “no creo que una bolsa plástica pueda llegar a generar tanto impacto”, “es la única manera que hay de tirar la basura”, “si es biodegradable no afecta al medio ambiente”, o “yo también reciclo porque la uso para muchas otras cosas más”. Son a veces las excusas más comunes que nos ponemos.
A lo que la conducta deseada es: planificar de antemano las compras, usar changuito, mochila o bolsas reutilizables al momento de comprar, y reducir al máximo el uso de bolsas plásticas y reemplazarlas por biodegradables para no contaminar. Lo mismo ocurre con la separación de residuos en edificios públicos, las creencias habituales son: “el gobierno pide que separemos nosotros pero no pone los contenedores”, “no sé cómo se hace”, “es complicado y no tengo dos tachos”, o “los contenedores mezclan todo al final”. Son algunas de ellas. Para lo que es necesario sostener la confianza en el ciclo y separar los residuos inclusive fuera del ámbito laboral.
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Los contenedores y los Puntos verdes, en cambio, son un tema aparte. A las creencias actuales: “si no tengo campana o reciclador urbano qué pasa, de qué sirve separar”, “al final separo todo para dárselo al cartonero”, o “si lo llevo a la campana o al Punto Verde se lo queda el gobierno”; se suman: “es para países desarrollados”, “acá no funciona”, o “es responsabilidad del encargado, no mía separar”. La conducta deseada es que nos hagamos cargo y nos comprometamos todos con el reciclado, separando y movilizándonos hacia las opciones de disposición distribuidas en las campanas y los Puntos verdes ubicados en parques y plazas de la Ciudad.
Por lo que para lograr una Ciudad más limpia los ejes de trabajo son claros. Darle al reciclado la importancia que amerita, separar correctamente los residuos y fomentar conductas de separación de residuos que permitan duplicar la cantidad de material que podemos reciclar. En este sentido, la ciudad de Buenos Aires tiene un fuerte compromiso asumido y junto a los vecinos y al sistema de recolección que incluye: campanas y puntos verdes, contenedores, recuperadores urbanos, cooperativas, centros verdes y planta de reciclaje (los que quieran pueden anotarse para visitarla acá), logramos una efectiva reducción de residuos.
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Actualmente enterramos un 50% menos de residuos que en los últimos tres años y seguiremos trabajando en una sólida política de reciclaje y tratamiento de las 6000 toneladas que se generan todos los días en la ciudad, cuyos resultados están a la vista, para lograr la mínima cantidad de basura que se entierra en los rellenos sanitarios de ahora en más. Cambiando creencias por conductas, lo que lleva aparejado un cambio cultural. ¡Felices Pascuas y Pesaj!
Eduardo Macchiavelli Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires