El tiempo importa más que las cosas Por Eduardo Macchiavelli
De cómo la economía colaborativa cambia los hábitos de consumo.
Como unir las manos, el retorno a lo colaborativo es uno de los fenómenos sociales más interesantes en lo que va del siglo XXI. Y esto se debe al poder de internet.
La hiperconectividad posibilitó el acercamiento de persona a persona y cambió por completo la manera de relacionarnos. Términos como “compartir”, “reparar”, “reutilizar”, “reciclar” o “redistribuir” se volvieron comunes. Significa que estamos empezando a repensar nuestro vínculo con las cosas, acercándonos a ellas de un modo más sustentable. Hablo de retorno, porque la colaboración entre unos y otros es una forma social y económica ancestral, que ubica el tiempo de vida por encima del gasto. En esta línea, la llamada “economía colaborativa” le fue ganando terreno a los modelos de consumo convencionales, colocándolos a escala humana.
Quienes promueven y trabajan en la disciplina, la definen como un intercambio entre dos personas o más, a través de medios digitalizados o no, que les satisface una necesidad real o potencial. Las plataformas digitales establecen un marco, donde los usuarios pueden interactuar y seleccionar un rol o varios, como por ejemplo: vendedor / comprador. El sistema es abierto y dinámico, y siempre posee una evaluación, lo que le da a los usuarios una reputación, y con ella, la confianza para seguir llevando a cabo la actividad. Cuanto mayor sea el número de usuarios que tenga la plataforma, mayor valor tendrá, y con ella las posibilidades de elección y desarrollo de los propios usuarios.
Por lo que este movimiento colaborativo trajo consigo un cambio cultural en los hábitos de consumo, marcado por la migración de un escenario individualizado que conduce hacia nuevos modelos económicos potenciados por los medios sociales y las plataformas “par a par”. El uso de perfiles de usuarios con valoraciones y referencias añadidas por otros, da origen a nuevas formas de relacionarse, intercambiar, monetizar habilidades y compartir bienes y servicios. Sitios online como Wikipedia, You Tube y Mercado libre ayudaron mucho a impulsar este modelo colaborativo. El CMD Lab de Buenos Aires, abierto al público, donde se dictan cursos y talleres que permiten realizar proyectos utilizando tecnologías innovadoras, trabajando en forma colaborativa y en red, también. El tiempo importa más que las cosas, me parece. Al compartir su gasto, bienes mediante.
Eduardo Macchiavelli Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires
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