Entre desechar y recuperar los residuos. Por Eduardo Macchiavelli
¿Qué hacer?
Normalmente la basura es lo otro. Un significante vacío por extraño o molesto. Nos preocupa. Hasta que entre todos decidimos ¿qué hacer? Desecharla o recuperarla.
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La ciudad de Oslo, al igual que Estocolmo, ya lo tiene resuelto, y procesa todos sus residuos de manera eficiente. Posee un sistema de reciclaje que le permite importar basura incluso de otros países para abastecer sus plantas de energía.¿Qué hacer?, decía.
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Y la respuesta a esta pregunta es un proceso. Entre la separación de residuos y la generación de esa misma energía. Para fijar el significante en la cadena, y pensar las respuestas que le siguen a ¿qué hacer? Para que el sistema funcione de manera eficiente. ¿Quién lo hace? Las autoridades de la ciudad, pero también los habitantes con su compromiso. ¿Cómo lo hacen? Separando los residuos y clasificándolos por colores: bolsas azules para los plásticos, verdes para los orgánicos y blancas para el resto. ¿Cómo lo difunden? Con campañas gubernamentales de concientización. ¿Qué tratamiento le dan después a la basura? Lectores inteligentes distribuyen las bolsas por color para procesarlas según el tipo de desecho.
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¿Qué tipo de resultados logran? Las bolsas verdes, con orgánicos, sirven para obtener fertilizantes y biogás; las bolsas azules, con plásticos, regeneran nuevos productos plásticos; y las bolsas blancas, con residuos en general, son incineradas generando el ciclo de energía. La temperatura de la quema permite hervir el agua en un contenedor que provoca un vapor que mueve una turbina. Este proceso que genera electricidad lo absorben los establecimientos educativos y alimenta una red de calefacción que cubre media parte de la ciudad.
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Normalmente las ciudades no superan su capacidad de procesar residuos, ni siquiera importan desechos y mucho menos devuelven dinero. Lo de Oslo es inédito. Pero el tratamiento que le dan a la basura para generar energía esperemos nos sirva de ejemplo.
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¿Qué hacer? Lo que venimos haciendo. Con la separación en origen; con la recolección diferenciada entre residuos secos (reciclables), húmedos y orgánicos; con la división de 7 zonas de recolección y limpieza, cada una atendida por una empresa de higiene urbana; con la limpieza de los bordes costeros; con la contenerización del servicio; con los recuperadores urbanos, ahora también en los Puntos verdes; con los Puntos verdes; con la separación de residuos en edificios residenciales; con más campanas verdes; con la recolección de aceite vegetal usado y de aparatos eléctricos y electrónicos, que ya no usás y entregándolos a jardines de infantes; con los generadores especiales de residuos; educando ambientalmente en las escuelas y concientizando a través del Programa de Concientizadores ambientales; con las Escuelas verdes; con el Centro de Reciclaje de la Ciudad; con los Centros verdes; y con una ley, que establece las pautas, principios, obligaciones y responsabilidades para la gestión integral de residuos sólidos que se generan en la Ciudad.
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Para ver lo que estamos haciendo y mejorar lo que se pueda mejorar. No solo desde el Estado, sino todos. Y mostrar de otro modo lo que otros aceptan como fijo, como incambiable. Para que modelos como el de Oslo no ayuden a hacerlo. Ojalá lo logremos. Siempre se puede mejorar.
Eduardo Macchiavelli Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires