Esculturas y monumentos 2. Por Eduardo Macchiavelli
¿Quién podría pensar la Costanera Sur sin las Nereidas o a Palermo sin el Monumento de los Españoles? ¿O cómo orientarnos sin el Cid Campeador? Este es mi segundo homenaje a las obras de arte distribuidas en plazas, parques y calles de la ciudad.
Buenos Aires se destaca no sólo por sus variados estilos arquitectónicos, parques y plazas. Hay muchos que la consideran como un museo a cielo abierto, gracias a los más de 2 mil monumentos y obras de arte dispuestos en la Ciudad para el disfrute de vecinos y turistas. En definitiva, los monumentos porteños (entre los que hay bustos, estatuas, mástiles, fuentes, jarrones, placas y monolitos), tienen una fuerte presencia y marcan a fuego la cotidianeidad de los vecinos y la idiosincrasia barrial.
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¿Quién podría pensar la Costanera Sur sin la Fuente de las Nereidas? ¿No quedaríamos desorientados si un día no estuviese el Cid Campeador en el cruce de Gaona, San Martín, Ángel Gallardo, Dr. Honorio Pueyrredón y Díaz Vélez, en Caballito? ¿Cómo imaginar a Palermo sin el Monumento de los Españoles? Los hay artísticos, patrios, políticos y culturales. Lo cierto es que los monumentos de la ciudad de Buenos Aires son símbolos que evocan la historia, los anhelos y las utopías de miles de argentinos. Acá van:
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Pirámide de Mayo: El primer monumento patrio que tuvo la Ciudad fue la Pirámide de Mayo, ubicada en el centro de la Plaza de Mayo y encargada en 1811 para conmemorar el primer aniversario de la Revolución.
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El Monumento de los Españoles: El Monumento a La Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas es más conocido como el Monumento de los españoles y está ubicado en el cruce de las avenidas Del Libertador y General Sarmiento. Fue una donación de la colectividad española durante los festejos del Centenario en 1910.
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El beso: El Rosedal es un lugar mágico, destacado internacionalmente por sus miles de rosas. Allí muchos transeúntes deben haberse cruzado con El Beso, del escultor francés Jean Paul Baptiste Gask, que representa a Hero y Leandro de la mitología griega.
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Giuseppe Garibaldi: El Monumento a Giuseppe Garibaldi es parte de un paisaje obligado para quien transita Plaza Italia, en Palermo, y evoca al militar y político italiano.
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El Gaucho Resero: De 1934, El Gaucho Resero está ubicado en donde se colocó la piedra fundamental del Mercado de Hacienda, en Mataderos.
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El Cid Campeador: El Cid Campeador, de 1935, es considerada una de las esculturas más grandes de la historia del arte realizadas por una mujer, la estadounidense Anna Haytt Huntington.
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El Canto al Trabajo: De 1907, El Canto al Trabajo tiene catorce figuras que arrastran una piedra. Expresa el esfuerzo del trabajo, el sentido de liberación y la esperanza en la lucha común.
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Estatua de Carlos Gardel: En el Abasto, cerca de su casa, hay una estatua que rinde homenaje al Zorzal criollo, el recordado Carlos Gardel, que cada día canta mejor.
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Homenaje a Fangio: En 2005, a diez años de su muerte, se inauguró un homenaje a Juan Manuel Fangio. Aquí el quíntuple campeón del mundo figura junto a su auto Flecha de Plata.
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Paseo de la Historieta: El Paseo de la Historieta, en San Telmo, rinde homenaje al cómic argentino y está integrado por figuras representativas de nuestra historieta.
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Las Nereidas: La Fuente de Las Nereidas (1903), de Lola Mora, uno de los monumentos más bellos de la ciudad, llegó también en 1918, con escándalos a cuestas. No habían querido colocar cerca de la Catedral a esos cuerpos desnudos, sensuales, perfectos, que representan el nacimiento de Venus, esculpidos por una mujer y donados por ella. Hasta hubo quienes dudaron de que Lola los hubiera creado. Fue creado por Dolores Mora de la Vega (1866–1936) en Roma, en 1903, con mármol de Carrara y piedras diversas, y trasladado en cajas que pesaban 37 toneladas. Muestra el nacimiento de Venus, rodeada por nereidas (para los antiguos griegos, ninfas protectoras de marineros) y tritones.
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Saturnalia: La escultura representa una escena de la celebración religiosa pagana que anualmente llevaban a cabo los antiguos romanos, realizada en honor al dios Saturno. Fue censurada y volvió a emplazarse con la democracia. La escultura de bronce del italiano Ernesto Biondi, emplazada en el corazón del Jardín Botánico, intenta representar el estado de ebriedad y desenfreno al que se podía llegar en las fiestas. Durante el último gobierno de facto se censuró la obra y terminó juntando polvo en un depósito, hasta 1984.
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Monumentos a la Madre: Hay más de 25 obras dedicadas a ellas en los barrios de la Ciudad.
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Maternidad: En Maternidad, del italiano Pedro Tenti (1881–1963), ubicada en la Plaza Castelli de Belgrano, el bronce es cálido, cero solemne. Quizás, por eso, el homenaje resulta uno de los más lindos que tiene la ciudad.
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La Caridad: La Caridad, que amamanta y, al mismo tiempo, cuida a dos chicos. Otro tesoro de Caballito, emplazado en 1937 en Plaza Irlanda. Con su túnica y su mirada serena, para algunos, de resignación, esa figura de mármol, que integra el grupo escultórico La Fe, la Caridad, la Esperanza, del francés Eugéne Guillaume, evoca a una virgen. Y trae ecos, muy lejanos de La Piedad, de Miguel Ángel.
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Madre Marinera, de La Boca: El creador local Roberto Capurro la realizó en bronce, por pedido de vecinos, empresas y de la Liga Naval Argentina. Desde 1959, evoca el viento, a la fuerza del mar, aunque está cerca del Riachuelo. En Pedro de Mendoza y Olavarría.
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La esclavitud: Realizada en 1881. Está cerca del cruce de Sarmiento con Figueroa Alcorta, en Plaza Sicilia. Tiene tamaño real de una figura humana. Fue realizada por Francisco Cafferata, artista nacido en La Boca. La obra ganó la medalla de oro en la Exposición Continental realizada en Buenos Aires. A su cabeza, de una gran belleza, se recomienda observarla desde todos los ángulos. Los primeros esclavos negros fueron traídos a Buenos Aires 1587. Se estima que hacia fines del siglo XVIII, el 35% de la población era de raza negra. Los principales mercados de venta de esclavos en la ciudad estuvieron en la zona de Retiro y Parque Lezama.
Eduardo Macchiavelli Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires