La Noche de los Museos. Por Eduardo Macchiavelli
Cumplió 15 años en un día distinto de una noche distinta. Donde la temática de género y el protagonismo de la mujer fue parte importante de las muestras.
La noche de los museos cumplió 15 años. A la misma hora en que hubiera terminado la llamada superfinal entre Boca y River por la Copa Libertadores de América. Y digo hubiera, porque por las fuertes lluvias el partido se pasó para el domingo.
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A partir de las 20, los museos públicos y privados abrieron sus puertas, para recibir al público con un programa que se extendió hasta las 3 de la mañana. El pronóstico de lluvias seguía. Pero eso no impidió que la gente fuera. El superclásico que iba a disputarse en La Boca no cambió los planes de las instituciones cercanas y sus muestras: Proa, con la muestra de Alexander Calder, tuvo entrada libre desde las 19. La Usina del Arte, el Museo de Arte Moderno y el Museo del Cine mantuvieron su programación como estaba prevista.
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Fue una noche distinta, en especial para los que visitaron La Boca y alrededores ese día. Había gente por todos lados. Todos los años se suman nuevos espacios: en esta edición fueron más de 280 entre museos, galerías, bibliotecas y centros culturales; 30 más que en 2017. Con el futuro como eje temático de actividades, el público pudo visitar exposiciones permanentes y temporales como la selección de acuarelas de William Turner en Bellas Artes y de móviles de Calder en el Proa. También, otras vinculadas con el rol protagónico de la mujer, el cuidado del ambiente, la inclusión, la diversidad de género y la tecnología. Hubo, como siempre, propuestas específicas para las familias con chicos en el C3, la Biblioteca Nacional y la Biblioteca del Congreso.
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También tocó Pedro Aznar en la Facultad de Derecho y abrieron sus puertas el Museo del Audífono, el Museo del Agua y de la Historia Sanitaria, el Museo de las Esculturas, el Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco y la Confitería El Molino.
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La noche se dividió en dos corredores. Que podemos separar entre sur y norte. La parada principal del Distrito de las Artes (o sur), el Proa ofreció visitas guiadas por la exposición de “Alexander Calder. Teatro de Encuentros” entre las 19 y la medianoche. Quienes todavía no habían visto la muestra tuvieron la oportunidad de apreciar alrededor de sesenta obras del artista estadounidense realizadas a lo largo de seis décadas. Y los que decidieron quedarse en el Proa, ya sin hinchas, pudieron optar por el café con vista a la Vuelta del Rocha y la librería, que se mantuvo abierta toda la noche. A resguardo de la lluvia.
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A pocas cuadras, en la Usina del Arte, se inauguró “Guerrilla Girls: el arte del mal comportamiento”, una retrospectiva que recorre los 30 años del colectivo de artistas feministas. Al lado, en el Museo del Cine, continuó la muestra “Cuadro a cuadro: 101 años de animación argentina”, un recorrido visual por los pioneros del género en el país.
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Siguiendo las muestras por el corredor norte, el Moderno inauguró desde las 18 dos exposiciones: “Una llamarada pertinaz: la intrépida marcha de la colección del Moderno y Nicolás Mastracchio. Pulso”. Además, en el marco del siglo El cine es otra cosa, se pudo ver en la planta baja de Av. San Juan 350, desde las 20, Fláneur de Orione, una videoinstalación de Toia Bonino. Otro ciclo residente del Mamba, Escuchar [Sonidos Visuales] coincidió por primera vez con La Noche de los Museos. Desde las 20, en el auditorio, hubo música y perfomances en vivo durante siete horas.
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También en el corredor norte, la parada obligada este año fue el Bellas Artes, que ofreció gratis la excepcional muestra de William Turner. Justificando las largas filas y la espera, para ingresar al museo no solo porque es la primera vez que exhiben las acuarelas del artista inglés en el país (y en América Latina), sino porque, salvo los martes, para ver la muestra hay que pagar entrada. El museo abrió a partir de las 18. Entre las 20.30 y las 23.30 hubo una actividad ideal para los amantes de los libros de arte: una visita guiada por la biblioteca, a cargo de la especialista Alejandra Grinberg. Para los que se quedaron por la zona y se acercaron al Malba, éste exhibió obras de su colección de Arte Latinoamericano del período 1900- 1970. Hubo más, todo en un horario inusual para una muestra.
Eduardo Macchiavelli Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires