La transformación del espacio público y los desafíos por delante que pensamos hoy. Por Eduardo Macchiavelli
Hoy quiero hablarles de la transformación del espacio público que venimos haciendo desde la Ciudad de Buenos Aires.
Fundamentalmente porque cuando hablamos de las ciudades hablamos de las personas y el espacio público, que es el lugar donde transcurre gran parte de nuestra vida, donde caminamos del subte a la oficina, paramos en un semáforo, o nos tomamos un café de paso, o simplemente mandamos un whatsaap. Donde nos encontramos a tomar algo, o la esquina donde nos juntamos a conversar con un amigo para celebrar la amistad.
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Pero por otro lado, no es novedad que las ciudades hace años que comenzaron a enfrentarse a problemas para las que no estaban preparadas, y al proceso de su crecimiento sostenido, se le suma la triste situación ambiental que vivimos a nivel mundial. En este contexto, es que es necesaria la “transformación urbana” para lograr una ciudad sostenible y más visible; una ciudad cada vez más humana, concebida a escala de los peatones, los verdaderos protagonistas del espacio público en la ciudad.
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Es así que concibiendo el espacio público, como lugar de oportunidad y de transformación es que hemos llevado adelante algunos ejes y proyectos que me gustaría mencionar:
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El primero es las Áreas ambientales o macromanzanas: Pensar una ciudad para las personas, es también comprometerse con el ambiente. Estas áreas buscan darle prioridad y seguridad al peatón, transformar la experiencia del usuario y alentar el disfrute del espacio público. El área de Tribunales es sin dudas un claro ejemplo, pero también Microcentro, Retiro, el Casco Histórico y Once. Uno de los lugares más transitados de la Ciudad, un espacio que volvió a ser vivido: por los oficinistas almorzando en la Plaza Lavalle, los turistas sacando fotos del paisaje, o los chicos en los patios de juego los fines de semana. De ser una zona de estudios jurídicos y de abogados, avanzamos hacia una zona donde se integró a toda la comunidad. ¿Te hubieras imaginado salir del Colón a la noche y caminar por la Plaza? O levantar la vista y ver la puesta en valor de las fachadas de la Escuela Roca y del Templo Libertad.
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El segundo, los nuevos espacios verdes: Entendimos que un “vacío urbano” siempre tiene la posibilidad de convertirse en un espacio verde. Así hicimos con el Parque Ferroviario Palermo, una parte de terrenos de usos ferroviarios lindante al ferrocarril San Martín (hoy elevado) que se transformó en 5.000 metros cuadrados de espacios verdes, con patio de juegos, zonas de estar, nuevos árboles e iluminación. Una transformación simbólica y no sólo física del espacio. Y con las plazas educativas: terrenos baldíos producto de herencias vacantes, destinados por norma a ser uso educativo, que se transformaron en pequeñas plazas de proximidad, de escala barrial, con contenido para las escuelas cercanas: donde Quesada y Concordia, son algunas a destacar.
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El tercero, la Avenida Corrientes cultural: Entendimos también que los espacios públicos están para el disfrute y en el mundo entero nos conocen por nuestra calle Corrientes, paseo obligado de millones de turistas. Esta avenida emblemática se transformó en un paseo peatonal durante la noche desde las 19 hasta las 2 de la mañana, con veredas más anchas, áreas de descanso y un cantero central. Así vemos como una de las zonas más ruidosas y caóticas se transformó en un espacio de disfrute potenciado su valor cultural. La avenida Corrientes cuenta con 24 teatros y cines, 28 librerías. 37 hoteles y 58 pizzerías, restaurantes y cafés.
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O la Plaza de Mayo. Ninguna ciudad en crecimiento puede olvidarse de su centro histórico, pues en lo viejo siempre hay oportunidad para algo nuevo. Así fue que emprendimos con una sensibilidad especial la puesta en valor de la emblemática Plaza de Mayo. Muchos recordarán la típica excursión a la Capital y la visita a la Plaza de Mayo. Fue una intervención inspirada en el proyecto original de Carlos Thays, que le devolvió a este emblemático espacio histórico una fisonomía más humana. Y así vimos como un espacio con carga histórica, sentimental, testigo de la historia de nuestro país se recuperó y jerarquizó teniendo hoy el uso de una verdadera plaza cívica, donde conviven oficinistas, turistas, paseos escolares, marchas por la memoria, actos, manifestaciones, etc. Con esta intervención se completó la puesta en valor del Eje cívico, desde la Plaza de los Congresos, las históricas fachadas de Avenida de Mayo, la Plaza y ahora podemos agregar el Parque del Bajo, con la escalinata que remata en Puerto Madero.
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Estos son algunos de los muchos ejemplos, pero lo que quiero es dejar planteados algunos desafíos de cara a la continuación del proceso de transformación de la Ciudad que pensamos hoy: en el primer lugar y con carácter de urgente profundizar la sustentabilidad como guía fundamental en los proyectos de “transformación urbana”; no menos importante , profundizar la reducción de la “brecha urbana”, esa disparidad espacial que se observa en la calidad del espacio público donde viven unos y otros (casos recientes de incorporación de espacio público de calidad en proyectos de urbanización: como Rodrigo Bueno, Estación Buenos Aires, etc).
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La Ciudad de Buenos Aires es una ciudad que cambia, cambia todos los días, cambia sus calles, sus veredas, sus luces, sus parques y sus plazas. Y seguir incrementando el involucramiento de los vecinos en los procesos de intervención del espacio urbano, es lo que nos permite continuar con éste proceso de transformación.
Eduardo Macchiavelli Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires, Secretario de Pro Capital y Jefe de campaña de Horacio Rodríguez Larreta.
