Los voluntarios del Cildañez. Por Eduardo Macchiavelli
Casi 600 voluntarios participan semana a semana de la iniciativa.
En las márgenes del Arroyo Cildañez construimos humedales artificiales con plantas nativas y balsas biorremediadoras para el tratamiento del agua, que en esta zona tiene una alta contaminación cloacal e industrial. Durante el 2017 construimos 150 balsas y aspiramos a proyectar 300 para el 2018. Casi 600 voluntarios participan semana a semana en la iniciativa. Con esta limpieza duplicamos la oxigenación del agua tratada, que aumenta en un 33% su transparencia y disminuye 10 veces la presencia de bacterias en el lugar.
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Los encuentros de voluntarios se realizan los jueves de 9,30 a 13 hs en el Parque Natural Lago Lugano. La convocatoria se realiza a través del mail y redes sociales de Participación Ciudadana. Quien desea participar completa un formulario y luego, por teléfono, se confirma su asistencia. Los voluntarios se anotan una vez y luego se los llama para invitarlos a cada jornada. En este proyecto puede participar cualquier persona las veces que quieran. Hay participantes de todas las edades, algunas trabajan o estudian en algo relacionado, y otras solo tienen interés por ayudar a cuidar el medio ambiente, quieren colaborar.
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El objetivo de estas jornadas es mejorar la calidad del agua del arroyo utilizando distintas especies de plantas nativas palustres o acuáticas que pueden absorber los contaminantes orgánicos, los metales pesados y oxigenar el curso de agua. Esto se logra a través del uso de balsas de biorremediación. Las balsas, además, actúan como modo de biodiversidad (refugio de vida silvestre, productor de semillas). El procedimiento se basa en la construcción e instalación de balsas artificiales, flotantes hechas con una estructura rectangular de tubos de PVC de 10 cm de diámetro, forrados de malla de plástico tipo gallinero y una más fina de tejido de media sombra. Sobre ella se trasplantan distintas especies de plantas autóctonas. Apróximadamente 6 semanas después, las plantas ya están en condiciones de ser podadas para retirar todos los contaminantes que hayan absorbido.
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En época estival, cuando la producción desciende, la cosecha y posterior implantación de las plantas en las balsas es inviable. Debido a esto, en esa época se trabaja en el control de vegetación exótica y plantaciones de ejemplares autóctonos para revitalizar y representar los ambientes rioplatenses. El proyecto total contempla la construcción e instalación de 450 balsas, que equivalen a 900 m2 ubicadas en el curso del Arroyo Cildañez. El resultado hasta ahora fue una notable mejora en los parámetros de calidad. La aparición de fauna asociada a las balsas es una de las señales de recuperación del entorno. En los márgenes del arroyo se pueden observar aves que utilizan los bordes de las balsas como zonas de estar.
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Progresivamente aparecieron distintos nidos de insectos, arácnidos y tortugas. La biodiversidad permitió la polinización y que se reprodujeran semillas de otras especies, lo que conlleva a la revegetación de las costas del Cildañez con nuevas especies nativas, que hasta ahora era difícil que brotaran espontáneamente. Estos avances consolidaron el perfil de reservorio de biodiversidad del espacio que conforman el arroyo y el lago Lugano. Situado sobre un antiguo meandro del Riachuelo, cuenta con la presencia de más de 200 tipos de plantas autóctonas, entre ellas una especie única del lugar: la orquídea del Talar. Poco a poco le estamos devolviendo al Arroyo Cildañez la capacidad de regenerarse. O como decía uno de los voluntarios: “Creemos que es importante que cada uno de nosotros nos podamos sumar. Conocer la ciudad desde otro lugar, generar otro tipo de compromiso y poder ser cada día más y generar esta cultura del voluntario y del compromiso del vecino que tenemos cada uno de nosotros”. Nosotros contentos, y los voluntarios más.
Eduardo Macchiavelli Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires