Más sobre la primera escuela sustentable de la Argentina que se construirá con residuos reciclables. Por Eduardo Macchiavelli

La hará Michael Reynolds a partir de marzo bajo el concepto de “Nave Tierra”. En Uruguay ya hizo una.

Eduardo Macchiavelli
5 min readJan 19, 2018

Mientras afuera hace frío, adentro el calor nos da la bienvenida en Jaureguiberry, y la dará en Mar Chiquita. Mientras las aulas se creían el único ámbito de aprendizaje posible, por lo visto hay otros. Allí cada panel solar, cada neumático reutilizado, cada botella reciclada es un estímulo más para la formación de los alumnos. Mientras las horas aula son la instancia de aprendizaje, el recreo incluye el cuidado de la huerta como saber y divertimento. Lo que en agosto de 2016 conocíamos del otro lado del charco en Uruguay, en marzo próximo comenzará a hacerse realidad: una escuela sustentable en la Argentina.

Basada en el principio de “utilizar residuos para generar recursos”, la escuela pública N°12 de Mar Chiquita será un “Earthship”, una construcción que hace del uso eficiente de los recursos, la energía renovable y el cuidado del ambiente sus ejes básicos. El concepto de “Earthship” o “Nave Tierra” fue desarrollado por el arquitecto norteamericano Michael Reynolds quien, cansado de ver que la arquitectura tradicional no respondía a las verdaderas necesidades del ser humano y el ambiente, decidió realizar su aporte al cuidado del planeta con esta construcciones.

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“Este tipo de escuelas pueden traer toda una nueva generación de personas a este planeta, porque tendrán principios que ya formarán parte de ellos desde su educación”, asegura Reynolds. Constituyéndose como la segunda escuela de este tipo en América latina, la “Nave Tierra” conservará las características arquitectónicas sustentables y educativas de la primera creada en Jaureguiberry, en el departamento de Canelones sur, Uruguay, en 2016, y que se sintetiza en siete principios: 1) Utilización de materiales reciclados, como cubiertas de neumáticos, latas y botellas; 2) Cosecha del agua de lluvia para disponerla para otros usos; 3) Reutilización de las aguas al interior de la escuela, incluyendo las consideras “grises” del lavamanos; 4) Empleo de energías renovables, con paneles fotovoltaicos que llevarán a cero el costo energético; 5) Acondicionamiento térmico pasivo con una temperatura promedio de entre 18 y 25 °C, gracias a la ubicación y la forma estratégica en la que se construye; 6) Producción orgánica de alimentos con huerta interior y exterior; 7) Desarrollo del factor humano, involucrando a los docentes y alumnos que habitan la escuela a diario, pero también la comunidad que los rodea.

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Su localización no es azarosa (el intendente de Mar Chiquita, Carlos Ronda, es arquitecto). En Mar Chiquita se está llevando a cabo el Planmar, que Don Powa, representante de la asociación civil Amartya, define como un “nuevo modelo de desarrollo local sustentable”. Se trata de una propuesta alternativa a la educación ambiental que ofrece enfoques de trabajo transversal con los vecinos, los gobiernos locales y los actores socio económicos clave.

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“No es un proyecto que surge de una ONG, sino entre varias partes y en donde cada una tiene un rol fundamental en el proyecto”, asegura Martín Espósito, director de la iniciativa “Una escuela sustentable” de la organización Tagma. Como socios estratégicos desde el sector privado, la escuela argentina contará con Ala como principal sponsor y con el apoyo de Walt Disney y Direct TV. La localidad de Mar Chiquita recibirá a 200 voluntarios para la construcción de la escuela. 20 de ellos son argentinos y formarán el primer círculo de contención Las otras 80 personas fueron seleccionadas por la organización de Reynolds “Earthship Biotecture” y son de distintas edades, formaciones y países. Se busca que haya diferencias entre las personas porque el enriquecimiento cultural durante el proyecto es importante.

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Más allá de las 2000 cubiertas, las 4000 botellas y las 800 latas que se reutilizarán como parte de los cimientos, para Reynolds hay un diferencial que tienen estas escuelas por sobre cualquiera de los otros cientos de “Earthship” que construyó alrededor del mundo desde hace más de 45 años: “La clave de todo en este planeta es repensar. La escuela les da a los chicos la posibilidad de repensar. Los niños son los que tienen mayor capacidad de sentir y hacer los cambios, querramos o no nosotros como adultos. Este repensar al cual se los invita desde la escuela es fundamental para mejorar la calidad de vida en este planeta”.

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El equipo docente de Uruguay viene trabajando desde mitad del 2017 con el de Mar Chiquita con el propósito de compartir experiencias. Rita Montans, maestra de la escuela de Uruguay, asegura que “la sustentabilidad de la construcción los fue atravesando a medida que se iniciaron las clases”. “Fuimos descubriendo la escuela con los chicos. Estamos acostumbrados a decir que hay que reciclar, reducir, reutilizar, pero la escuela nos enseñó a repensar la educación a través de la sustentabilidad”.

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Martín Espósito, recuerda los orígenes del proyecto en Uruguay que se replicará en Argentina: “Surgió desde el deseo de que existiera un edificio escolar donde se educará a los niños día a día según los principios de la arquitectura sustentable del documental que habíamos visto de Reynolds “El Guerrero de la Basura” (Garbage Warrior). Ese fue el inicio de un camino que busca intervenir en la educación pública”. Lo que subraya Reynolds es el sentido de comunidad detrás del proyecto: “Es muy similar a lo que ocurre en África cuando queda un último pozo de agua antes de que llueva, todos los animales van a él por agua. Eso es comunidad. Cuando todas las cosas sustanciales de los seres humanos están juntas, eso une a las personas. Y esa unión puede empezar en una escuela”.

Con 270 m2, un valor apróximado de 1000 dólares por m2 y tan sólo 45 días de construcción, la primera escuela sustentable de Argentina se empezará a construir en marzo.

Eduardo Macchiavelli Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires

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Written by Eduardo Macchiavelli

Secretario de Asuntos Estratégicos de la Ciudad de Buenos Aires y Secretario General de PRO Nacional.

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