Palacio Roca Por Eduardo Macchiavelli
La recuperación de la Escuela Roca quiere decirnos más.
Un poco de historia: La plaza de los Tribunales fue un espacio nuevo a fines del siglo 19, cuando la ciudad empezó a expandirse con fuerza y el centro de la ciudad quedó chico. Era un andurrial de organismos de Gobierno, formando un conjunto de poder en el centro de la ciudad, tanto que hasta había un cuartel de la milicia que se hizo famoso en la revolución radical de 1890, y la plaza era más vale uno de esos “huecos” coloniales que hoy es un espacio verde. Ya a principios del siglo pasado, mientras se completaba la Avenida de Mayo, había energía suficiente, como ahora, para proyectar otros grandes espacios públicos, y la plaza del cuartel fue destinada a dos edificios simbólicos, el palacio de Tribunales y el Teatro Colón (justo donde estaba el cuartel), con una plaza creada por el mismísimo Carlos Thays. Vecinos de la Ciudad, entendieron el lugar como importante, con lo que el primer palacio, el Miró, se alzó en el borde de la plaza sobre Córdoba y con los años el entorno se fue llenando de firmas de agua.
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Pero el primer edificio de primera agua que se alzó en la flamante plaza fue la Escuela Roca, la “romana”, creada en 1903 por el gran Carlos Morra para la esquina de Tucumán y Libertad. Y se hizo en terrenos que antes habían sido sede del batallón del Regimiento 1 de Infantería, luego del Cuerpo de Bomberos y más tarde lugar de asentamiento de un circo.
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Morra, italiano y marqués de Monterocheta, era arquitecto e ingeniero militar y emigró en 1881, a los 27 años. Pero antes fue nombrado profesor en la escuela militar argentina y después en la naval. Su último puesto público fue breve, apenas un par de años como arquitecto del Consejo Nacional de Educación, pero le valieron para que diseñara 23 edificios escolares más.
Morra era un clasicista convencido, una mano segura en los estilos “neo” tan de moda en la época. La Roca es un edificio “neogriego”, de un rigor exquisito. La entrada principal está comandada por un altivo portal de seis columnas, rematadas por un frontis con seis hermosas esculturas donadas por un particular y con acroletas importantísimas, ahora todas restauradas. A ambos lados de esa pieza honorable y grandiosa hay dos paños de muro relativamente pequeños con columnas y ventanales también pequeños. Las columnas monolíticas son realmente algo especial, creadas con piedra gris de Tandil. Entre sus bases, el edificio de veda con rejas en doble cruz, canónicamente clásicas. La fachada sobre Tucumán es más larga pero más modesta, repitiendo el modelo de los paños laterales sobre Libertad. Es un muro sólido, con ganas de eternidad, digno de un palacio escuela.
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Pero lo dejaron estar. Lo que los restauradores enviados por mi ministerio encontraron fue un edificio carcomido por el smog y el guano de las palomas, con una capa de pintura gris-celeste por encima de un revestimiento cementicio arruinado. Con lo que el trabajo fue de decapado y recuperación del símil piedra, y una reconstrucción de lo perdido completamente, o lo que se disgregaba al tocarlo.
Las esculturas son un tema aparte. Completamente cubiertas de guano, como les decía, el ácido producido las estaba carcomiendo. La capa era tan gruesa, sobre todo en el pecho de las figuras femeninas, que hubo que decidir parar, ya que no había modo de limpiarlas sin dañarlas más todavía. Menos problemática, en cambio, fue la limpieza de las columnas de piedra, aunque hubo que despintar las bases, con lo que se recuperó el valor visual del contraste con el edificio más claro. Al limpiar el atrio de entrada, aparecieron revestimientos de piedra dolomita, bajo la pintura y la suciedad, completamente olvidados, y en las farolas ornamentos de bronce pintados y vueltos a pintar. Muchos de los ornamentos estropeados fueron reemplazados, sobre todo en la fachada que da sobre la calle Tucumán, pero la mayoría siguen siendo los originales.
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Justo enfrente de la escuela se está recuperando la plaza. El arbolado no se toca, pero se recrean los senderos, y con el Proyecto Tribunales Peatonal se minimiza el impacto ambiental. Hasta renovamos las farolas pintándolas de peltre en lugar de dorado, algo que disminuye mucho la contaminación visual. Las veredas sobre la calle Libertad también se ensanchan, con lo que ganamos metros cuadrados para apreciar un espacio público iluminado por Leds, donde el palacio de Tribunales, el Colón, la columna de Lavalle y el Palacio Escuela Roca quieren decirnos más. La Escuela Roca fue modelo a seguir por las llamadas “escuelas palacio” diseñadas durante la Generación de 1880, símbolo de la educación popular laica y paradigma de las construcciones encargadas por el Consejo Nacional de Educación dentro de su plan de Arquitectura Escolar del año 1899, en el contexto que se pensaron las escuelas sarmientinas. Esta nota es un resumen de la que salió en Página 12. Poner en valor el pasado nos permite saber dónde queremos estar.
Eduardo Macchiavelli Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires