Un futuro sustentable. Por Eduardo Macchiavelli
Se reúne el G20 en Buenos Aires para fortalecer el Acuerdo de París.
El desafío es común. Una cosa es la contaminación doméstica de nuestra vida y sus desechos, y otra, las emisiones de gases de efecto invernadero. En lo primero, todos podemos ayudar, promoviendo la separación de basura. En lo segundo, la llave maestra la tienen los gobiernos. Por eso se celebró, en 2016, la ratificación del Acuerdo de París, con la adhesión de los países causantes del 55% de las emisiones, menos los Estados Unidos. Donde Argentina está fuertemente comprometida en cumplir su parte del acuerdo.
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El martes y miércoles, se reúne el grupo de Sustentabilidad Climática del G20 para discutir varios puntos que pueden fortalecer el Acuerdo de París. A muchos el tema les puede parecer lejano, por lo que vale la pena aclararlo. Los gases de efecto invernadero afectan a la atmósfera. Y un planeta con una atmósfera dañada deriva en alteraciones en los organismos que viven ahí. Desde la revolución industrial, el proceso de calentamiento global generó un aumento de 0,8 grados en la temperatura global. Los científicos advierten que si supera el grado y medio, las consecuencias van a ser irreversibles. Y si llegamos a los 2°C va ser una bola de nieve. El aumento no es sólo calor. Por lo que todo tiene que ver con todo, porque cruza la política, la economía, el cuidado del ambiente y la calidad de vida con el cambio climático. Uno de los puntos a tratar tiene que ver justamente con la creación de una estructura resiliente al cambio climático, que sea baja en emisiones de carbono: la obra pública o los criterios de sustentabilidad que se tienen en cuenta al momento de contratar bienes o servicios, son dos ejemplos; el otro es sobre la generación de empleos verdes, un asunto por el que se comisionó trabajos a la OIT y a la OCDE. Los empleos verdes son empleos decentes que contribuyen a preservar y restaurar el medio ambiente, ya sea en los sectores tradicionales como la industria o la construcción, o en sectores emergentes como las energías renovables y la eficiencia energética. Para la OIT el concepto empleos verdes resume la transformación de economías, lugares de trabajo, empresas y mercados laborales en una economía sostenible y de bajo carbono, que ofrezca oportunidades de empleo decente.
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Otra cuestión fundamental es consensuar una metodología homologable para descarbonizar las economías a largo plazo (2050), lo que es indispensable para contener el alza de la temperatura de 1,5 o 2 grados. Se discutirá también el financiamiento de los organismos de crédito multilaterales condicionados al cumplimiento de las metas nacionales de reducción de emisiones presentadas ante la convención de la ONU (NDC).
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Además, se les pidió a los países participantes que traigan en la valija las “mejores prácticas” que tienen sobre el Plan de Acción firmado el año pasado en Hamburgo, un ambicioso esquema de trabajo al que Estados Unidos no suscribió. El grupo se reunirá otra vez en Iguazú, en agosto. Para que en noviembre cuando vengan los jefes de estado sea consensuada la declaración final.
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En cada reunión del G20 es muy importante la señal que demos al mundo. Como país, como sociedad, como ciudad, y como ciudadanos comprometidos que somos en la lucha por mejorar el ambiente. Ya hemos dado sobradas muestras de ello. Un futuro sustentable sea en Argentina o en Estados Unidos, nos beneficia a todos. Como en todo cambio hay líderes, pero en este caso como en otros la solución es grupal.
Eduardo Macchiavelli Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires